martes, 20 de noviembre de 2007

La ruta del tentempié

Terry Gilliam, el genial director de películas como Brazil y Doce monos, se cargó al hombro la complicada misión de llevar al cine la novela de Hunter S. Thompson Miedo y asco en Las Vegas. Como en toda adaptación de un libro de culto, tenía poco por ganar, además de los millones que los fanáticos del gonzo dejarían en la taquilla. Sin embargo, la película conserva cierta dignidad y hasta tiene algunas escenas brillantes.

Jhonny Depp es Raoul Duke -alter ego de Thompson- y un sobreactuado Benicio del Toro, interpreta al Dr. Gonzo. Al igual que en el libro, los dos amigos llegan a Las Vegas en 1971 para cubrir una carrera de motos por encargo de la revista Sports Illustrated y una convención de la policía antinarcóticos para Rolling Stone. A modo de acreditación, llevan una valija repleta de todo tipo de drogas en el baúl del auto.

El resultado es un viaje lisérgico y bizarro al fin de una época. En plena guerra de Vietnam el sueño de la contracultura americana estalla en pedazos y dos freaks que nunca se lo creyeron del todo están ahí para atestiguar la caída. La película empieza así...



domingo, 11 de noviembre de 2007

Mescalito - Hunter Thompson

"Dios, las 6:45 y la mescalina ya se ha apoderado seriamente de mí. La carcaza metálica de la máquina de escribir ha virado de un verde opaco a una especie de azul fluorescente, las teclas centellean, rutilantes... Yo más o menos levito de la silla y quedo suspendido -no estoy sentado- frente a la máquina. Un brillo extraordinario lo recubre todo".

Los Ángeles, febrero de 1969. Una habitación de hotel, un avión a punto de partir, el fondo de una lata de cerveza y una cápsula de mescalina y anfetas. Thompson, como siempre, está solo y advierte: "Cualquier reacción será extrema". Después, está la crónica. Apenas un accidente, un resto carbonizado que permite deducir el estallido del volcán. El fuego pasó por allí y arrasó con todo.

Si queremos creer que Thompson es un periodista -el creador del gonzo que algunos descubrieron mal y tarde-, tenemos que empezar por aceptar que jamás vaya en busca de ninguna noticia. Él es la noticia. Siempre lleva una pistola bien cargada y un frasquito con pastas. Siempre está a punto de matar o morir. Ah, sí, entretanto escribe. Y al resto de los mortales nos queda su prosa, como la silueta de un cadáver delineada con tiza sobre el pavimento.

Mescalito es una joya. Tres relatos, poco más de 60 páginas en las que el autor de Miedo y asco en Las Vegas se despacha con un viaje alucinógeno, el suicidio de un poeta amigo y la apasionada relación amorosa de Raoul Duke -alter ego del propio Thompson- con su gato. La traducción es de Juan Forn, tan sutil e inmenso como siempre.

Nadie sabe cómo el tipo que ostentó durante más de treinta años el cargo de editor de Asuntos Nacionales de la revista Rolling Stone llegó a cumplir los 60 para volarse la cabeza una noche cualquiera de febrero del 2005 en su casa de Colorado.

En ese mismo distrito, 35 años antes, estuvo a punto de ganar las elecciones para intendente por el partido Freak Power. Durante la campaña había prometido despenalizar el consumo de drogas, convertir buena parte de la ciudad en parques públicos y prohibir los edificios altos porque no permitían apreciar el paisaje. El resto ya es leyenda.

Ficha
Mescalito
Hunter S. Thompson
Editorial Emecé
2007
Precio: $29

Para leer

sábado, 3 de noviembre de 2007

La música de las palabras

Antes de ser escritor, Paul Bowles fue un gran compositor. Tal vez por eso, su trabajo con las palabras siempre tuvo una impronta musical. Para él estaba muy claro que lo importante no era la anécdota que contaba, sino la capacidad de emocionar a partir de una acertada combinación de tonos.

En la película basada en El cielo protector que filmó Bernardo Bertolucci a principios de los '90, el director eligió cerrar el film con una imagen del propio Bowles leyendo uno de los párrafos más famosos del libro. Como en el último movimiento de una sinfonía, las palabras del protagonista Port Moresby llenan el aire con una melodía que volverá una y otra vez.

"La muerte está siempre en camino, pero el hecho de que no sepamos cuándo llega parece suprimir la finitud de la vida. Lo que tanto odiamos es esa precisión terrible. Pero como no sabemos, llegamos a pensar que la vida es un pozo inagotable. Sin embargo, todas las cosas ocurren sólo un cierto número de veces, en realidad muy pocas. ¿Cuántas veces más recordarás cierta tarde de tu infancia, una tarde que es parte tan entrañable de tu ser que no puedes concebir siquiera tu vida sin ella? Quizá cuatro o cinco veces más. Quizá ni eso. ¿Cuántas veces más mirarás salir la luna llena?. Quizá veinte. Y, sin embargo, todo parece ilimitado".

En este fragmento del documental The complete outsider, Bowles explica algo de esa obsesión por las palabras.

"Lo que dice la novela no es importante para mí. El tema es cómo está dicho, cómo se unen las palabras, de qué manera se forma una buena oración. Después de todo, no hay nada en la escritura más que palabras. La creación de personajes amigables o fascinantes tramas, no creo que eso funcione. Funciona para el gran público, seguro. Pero no para mí. Yo soy sólo una persona más, pero soy el que escribió estos libros y para mí lo que importa es el lenguaje".