lunes, 30 de abril de 2007

Cuentos de civiles - Ambrose Bierce

En 1913, con 70 años, Ambrose Bierce abandonó su prestigio en la apacible San Francisco, cruzó la frontera con México y se fue a pelear, como si todas las guerras fueran la suya. En enero del año siguiente, durante el sitio de la ciudad de Ojinaga por las tropas de Pancho Villa, alguien dijo que había visto morir a un Gringo Viejo y medio loco. Su cuerpo fue uno de los miles que ardieron para evitar un brote tifus.

"Adiós, si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en México, ¡ah, eso sí es eutanasia!", le había escrito a una de sus familiares antes de partir.

Bitter Bierce, como lo bautizaon sus amigos. Bierce el amargo, el irónico, el oscuro. Bierce el aventurero, dispuesto a morir acribillado en plena revolución, antes que ver escaparse los años desde la cama de algún hospital. Una vida capaz de opacar cualquier literatura.

Sin embargo, las anécdotas quedan reducidas a simples condimentos cuando se lee el primer cuento de este primo de Poe y Hawthorne, inspirador de Lovecraft y tantas veces señalado como uno de los padres del horror.

Desde Carlos Fuentes, hasta Rodolfo Walsh, quienes lo leyeron cargaron con la maldición de sus relatos que escapan a cualquier clasificación, se cuecen en la propia sangre y se quedan en la punta de la pluma para siempre.

Por eso, los ecos del fusilamiento que Bierce relata en El puente sobre el Río del Búho resuenan todavía en Operación Masacre, en aquel basural de José León Suárez donde Juan Carlos Livraga se convirtió en el fusilado que vive. Y ese otro Gringo de Choele-Choel comprendió que vida y literatura eran, al fin y al cabo, una misma cosa.

Imborrable: el ahorcamiento de Peyton Farkuhar.

Ficha

Ambrose Bierce
Cuentos de civiles
Editorial: Need
Edición: 1999

Para leer

sábado, 21 de abril de 2007

En el tintero...

Mientras comentaba Seda y andaba en busca de reseñas más inspiradas que las propias, descubrí el excelente blog El lector sin prisas, casi un primo español de Falsificaciones, pero sostenido por cuatro escritores.

En la misma recorrida fui a dar con un laburo de Baricco, alojado por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, en el que el italiano le hace justicia a la figura de Gordon Lish, el oscuro editor de Raymond Carver y al que se le atribuye buena parte de la identidad de los textos del padre del "realismo sucio".

Entre tanta basura pululando por la red a propósito de Seda y de su autor, me pareció que estos dos sitios se merecían su falsificación.

domingo, 15 de abril de 2007

Seda - Alessandro Baricco

Cuando la luz daña los ojos y un velo cubre la mirada, cuando la tarde se refleja en cientos de ventanas y es difícil imaginar otro mundo posible, la textura sutil de la fábula es un perfume irresistible.

Más allá de las estepas siberianas, al otro lado del océano, con los ojos vendados, alguien nos conduce hasta el corazón de un imperio donde un hombre espera sentado en su trono, jugando despreocupadamente con los cabellos de una chiquilla cuya mirada violenta "arranca a cada palabra la obligación de sonar memorable".

Hervé Joncour, uno de esos hombres "a los que les gusta asistir a su propia vida considerando impropia cualquier ambición de vivirla", descubre un día que no será militar como pretendía su padre y se transforma en un traficante que cruza el mundo una vez al año en busca de gusanos de seda.

A miles de kilómetros de su apacible hogar en la campiña francesa, Hervé teje la trama de una vida casi intangible, cargada de belleza y erotismo. En cada viaje a esa tierra onírica de la que nunca sabe si saldrá vivo es recibido por el misterioso soberano Hara Kei y vuelve a cruzarse con la inquietante muchacha.

Gestos y perfumes se suceden en ese reino de astuta lentitud. El futuro se dibuja en el vuelo de cientos de pájaros azules, se escribe en una carta, con tinta negra y solemnes ideogramas. Pero la caricia más exótica, espera al volver a casa.

Seda encierra la cadencia tenue de un poema en prosa, con la fuerza de las historias ancestrales. Y lo mejor de todo es que a su autor, como buen Homero posmoderno, las mieles de la posteridad lo tienen sin cuidado.

Imborrable: el primer encuentro de Hervé Joncour con Hara Kei y su intento por explicar quién es frente a los ojos de la chica.

Ficha
Seda
Alessandro Baricco
Editorial: Norma - Anagrama
Edición: 1997 - 2005
Precio: $22

Para leer

domingo, 8 de abril de 2007

Patrimonio - Philip Roth

A los 86 años, Herman Roth todavía tiene ganas de vivir un poco más. Al menos unos añitos, los que los médicos le suelten en gracia tras descubrirle un tumor cerebral que le paralizó parte de la cara y amenaza con dejarlo ciego. Para el viejo, la vida sigue teniendo algo de promesa y hazaña. Un judío que llegó a Estados Unidos con menos que nada y llegó a ser gerente de "una de las mayores compañías de seguros del mundo", no va a dejarse vencer así nomás.

El escritor famoso, el profesor de literatura y eterno candidato al Nobel, se despacha con un relato mucho menos pretencioso que La conjura contra América, pero potente como una pequeña bomba casera. Patrimonio navega entre el costumbrismo y la historia de clase media crecida al calor de un estado protector que se cayó a pedazos, dos tópicos lo bastante trillados como para lograr una vuelta de tuerca interesante.

Sin embargo, Philip Roth capitanea la enfermedad de su padre con párrafos cargados de intensidad, en los que no hay una sola palabra de más. Avanza rápido, a pura emoción y no deja tiempo para pensar: ¿Qué más se puede pedir?

Entretanto, el autor se permite volver, en dosis homeopáticas, sobre su tema central: la decadencia del imperio, la ruptura del New Deal y la alianza de clases que se enorgulleció de su american way of life. Pero Herman no acepta el fin de la promesa del bienestar, se niega a reconocer que, más tarde o más temprano, Hitler ganó la guerra.

En lugar de buscar, al mejor estilo Auster, los pocos rincones de Brooklyn donde sobrevive una Nueva York progre y tolerante, Roth huye a las afueras para mostrar el Newark de su infancia, la antigua tierra prometida de los inmigrantes. Sin lugar para la melancolía y más allá de las aristas de un sistema corrupto e impiadoso, la historia nos conduce a través de la búsqueda de ese patrimonio.

Para los que lo quieran encontrar, hallarán en lo profundo un trabajo de ingeniería, propio de uno de los grandes maestros del oficio. Pero, por sobre todas las cosas, se van a encontrar con un libro escrito con el corazón.

Imborrable: las preguntas de Herman al médico que quiere operarlo y su pedido de unos años más.

Ficha:
Patrimonio
Philip Roth
Editorial: Seix Barral
Edición: 2003
Precio: $33