domingo, 27 de mayo de 2007

El Evangelio según Abelardo

Para algunos puede resultar un poco estereotipada la visión de este monstruo sagrado, con biblioteca y pipas ad hoc. Y una memoria de militancia escrita en el cuerpo.

Sin embargo, a diferencia de otros mitos, cuando Castillo habla, suele tener algo para decir y automáticamente se vuelve un bicho raro. Un grillo de papel, un escarabajo de oro, un ornitorrinco.

Quizá por eso no habla demasiado. Quizá por eso aún no se ha convertido -y dudo que alguna vez lo haga- en una momia inofensiva, de las que habitan las catacumbas de los suplementos culturales.

En esta videoentrevista realizada por Clarín deja caer algunos retazos de su vida y, casi como por error, algo de literatura.


jueves, 24 de mayo de 2007

El Evangelio según Van Hutten - Abelardo Castillo

La Cumbrecita, Córdoba. La chica sentada en el puente descansa sus pies, como papeles secantes, en el agua. El mundo se condensa en ese instante, se vuelve gota de rocío. Y dos mil años de historia se escurren perezosos entre las piedras del arroyo.

En su casa tallada en la montaña, el arqueólogo Estanislao Van Hutten esconde un Jesús de papiros perdidos, esenio y revolucionario.

El hombre que descubrió a orillas del Mar Muerto el "Manifiesto Comunista de Dios" ha guardado durante casi cincuenta años el secreto de esos textos escritos en el idioma de los pobres y las putas. Pero ahora Van Hutten tiene ochenta y está dispuesto a dejarse descubrir por un historiador incrédulo, "aterrorizado por el miedo a creer".

El Evangelio... es una novela intensa, escrita a puro palo de ciego, pero con los ojos bien abiertos. Y al final logra quedarse pegada a la piel, se vuelve perfume.

Castillo bucea en las profundidades del conocimiento filosófico y teológico con una erudición casi fantástica. Pero a la vez mantiene a raya ese saber, para encuadrarlo en los límites menos pretenciosos -y mucho más ricos- de un relato policial.

En el silencio de la siesta pueblerina, mientras se arman y desarman las tormentas, una voz dulce le devuelve el sentido a los mitos. Y en el medio, esa mujer. La sobrina del arqueólogo, la chica del puente. Imágenes paganas.

Imborrable: la primera visión que el historiador tiene de Christiane, mientras juega al ajedrez.

Ficha
El Evangelio según Van Hutten
Abelardo Castillo
Editorial Seix-Barral
1999
Precio: $12

Para leer

miércoles, 16 de mayo de 2007

Mil visitas, una búsqueda

Los maestros Zen dicen que ellos no enseñan una vía para subir a la cima de la montaña, sino que la práctica de la meditación -Zazen- es la montaña. No hay ningún sitio adonde ir, no hay metas ni objetivos intelectuales. Sólo la realización concreta.

En otros términos: es inútil argumentar para tratar de llegar a algún tipo de conformidad con nosotros mismos y con lo que somos. Alcanza con practicar, practicar para comprender.

Vivir de la palabra escrita es un desafío, un sueño que muchas veces se convierte en pesadilla. Pero enseña algo de esa praxis... Enseña a escribir para comprender, para luchar, para liberarnos.

Las historias que leemos están dentro de cada uno de nosotros, sólo se trata de encontrar las palabras.

Este blog forma parte de esa búsqueda, personal e intransferible, como las deudas o las tarjetas de crédito. Como los amores y los fracasos.

Falsificar es ejercer ese resto de subjetividad que nos queda para resignificar lecturas, tiempos e imágenes y construir un pequeño mundo posible.

Gracias a los 1.000 que, en poco más de un mes, se acercaron para visitarlo.

jueves, 10 de mayo de 2007

Viene un barco cargado de...

Gracias a mi amigo Ariel logré reproducir este video que realizó la gente de la Universidad de Motril, en el que Sepúlveda nos cuenta la maravillosa historia del Winnipeg.

En 1939 y
por intermedio de Pablo Neruda, aquel viejo barco francés llevó a Chile más de dos mil inmigrantes que huían del franquismo. Allí viajaban gran parte de los hombres y mujeres que cambiarían para siempre el escenario político y cultural chileno.

Muchos de ellos provenían de campos de concentración en el sur Francia, adonde habían ido a parar tras el fin de la guerra civil. Embarcaron cerca de Burdeos y luego de más de un mes de navegación, hambrientos, vencidos, pero cargados de sueños, llegaron al puerto de Valparaíso, para seguir escribiendo la historia.


martes, 8 de mayo de 2007

Nombre de torero - Luis Sepúlveda

Juan Belmonte tiene nombre de torero, todo el mundo se lo dice. Pero su tiempo de cortar orejas ya pasó y hoy es apenas un combatiente retirado, casi vencido. Al igual que su autor, Belmonte está de vuelta de las cloacas del régimen pinochetista, sobreviviendo al epílogo de su propia batalla en la fría Hamburgo.

No demasiado lejos de allí, Frank Galinsky amanece en Berlín y descubre que también ha perdido su pequeña guerra sin disparar un solo tiro. Antiguo oficial de inteligencia del Ejército Popular Alemán, con la caída del muro comprendió que los antiguos uniformes y las medallas ganadas en Cuba, Nicaragua o Angola apenas valían unos pocos marcos en los mercados de pulgas del neoliberalismo.

"En la nueva Alemania no hay lugar para los que fracasan", le dijo su mujer antes de dejarlo por el dueño de una tienda y Galinsky supo que esa ciudad ya no era suya.

Mientras tanto, Belmonte trata de arrancarle una palabra a Verónica que apareció desnuda en un basural de Santiago luego de dos años de secuestro. Apenas "un cuerpo que emergió del mar de las desapariciones". Y ya no hace más que mirar un punto fijo en el espacio.

Pero, contra lo que podría esperarse del cuadro inicial, Nombre de torero, escapa a cualquier estereotipo, aferrándose con uñas y dientes a los mejores hábitos de la novela negra. Ésa es su tabla de salvación y la gran astucia de Sepúlveda para esquivar el simplismo mágico y construir una novela vibrante con olor a revancha.

Galinsky y Belmonte huirán hacia adelante para encontrarse en los confines de la Patagonia, tras las pistas de un botín que, como siempre, resulta ajeno.

Resisitir, camuflarse, aguardar agazapados. El destino de aquellos a los que sólo les queda el placer de la espera. Pero que aún esconden una botella de champagne para brindar sobre el cadáver de los asesinos.

Imborrable: la llegada de Belmonte a la Patagonia y su encuentro con el viejo demente en la pulpería.

Ficha
Nombre de torero
Luis Sepúlveda
Editorial Tusquets
Edición 1994
Precio $37

Para leer

martes, 1 de mayo de 2007

Una rareza

En 1962 el director francés Robert Enrico filmó un corto basado en el cuento de Bierce El puente sobre el Río del Búho.

El film, que se quedó con la Palma de Oro en Cannes y luego ganó un Oscar, fue reproducido dos años después en un episodio del mítico programa La dimensión desconocida. Escuchar la musiquita de la presentación ya vale la pena.