Cuentos de civiles - Ambrose Bierce
En 1913, con 70 años, Ambrose Bierce abandonó su prestigio en la apacible San Francisco, cruzó la frontera con México y se fue a pelear, como si todas las guerras fueran la suya. En enero del año siguiente, durante el sitio de la ciudad de Ojinaga por las tropas de Pancho Villa, alguien dijo que había visto morir a un Gringo Viejo y medio loco. Su cuerpo fue uno de los miles que ardieron para evitar un brote tifus.
"Adiós, si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en México, ¡ah, eso sí es eutanasia!", le había escrito a una de sus familiares antes de partir.
Bitter Bierce, como lo bautizaon sus amigos. Bierce el amargo, el irónico, el oscuro. Bierce el aventurero, dispuesto a morir acribillado en plena revolución, antes que ver escaparse los años desde la cama de algún hospital. Una vida capaz de opacar cualquier literatura.
Sin embargo, las anécdotas quedan reducidas a simples condimentos cuando se lee el primer cuento de este primo de Poe y Hawthorne, inspirador de Lovecraft y tantas veces señalado como uno de los padres del horror.
Desde Carlos Fuentes, hasta Rodolfo Walsh, quienes lo leyeron cargaron con la maldición de sus relatos que escapan a cualquier clasificación, se cuecen en la propia sangre y se quedan en la punta de la pluma para siempre.
Por eso, los ecos del fusilamiento que Bierce relata en El puente sobre el Río del Búho resuenan todavía en Operación Masacre, en aquel basural de José León Suárez donde Juan Carlos Livraga se convirtió en el fusilado que vive. Y ese otro Gringo de Choele-Choel comprendió que vida y literatura eran, al fin y al cabo, una misma cosa.
Imborrable: el ahorcamiento de Peyton Farkuhar.
"Adiós, si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en México, ¡ah, eso sí es eutanasia!", le había escrito a una de sus familiares antes de partir.
Bitter Bierce, como lo bautizaon sus amigos. Bierce el amargo, el irónico, el oscuro. Bierce el aventurero, dispuesto a morir acribillado en plena revolución, antes que ver escaparse los años desde la cama de algún hospital. Una vida capaz de opacar cualquier literatura.
Sin embargo, las anécdotas quedan reducidas a simples condimentos cuando se lee el primer cuento de este primo de Poe y Hawthorne, inspirador de Lovecraft y tantas veces señalado como uno de los padres del horror.
Desde Carlos Fuentes, hasta Rodolfo Walsh, quienes lo leyeron cargaron con la maldición de sus relatos que escapan a cualquier clasificación, se cuecen en la propia sangre y se quedan en la punta de la pluma para siempre.
Por eso, los ecos del fusilamiento que Bierce relata en El puente sobre el Río del Búho resuenan todavía en Operación Masacre, en aquel basural de José León Suárez donde Juan Carlos Livraga se convirtió en el fusilado que vive. Y ese otro Gringo de Choele-Choel comprendió que vida y literatura eran, al fin y al cabo, una misma cosa.
Imborrable: el ahorcamiento de Peyton Farkuhar.
Ficha
Ambrose Bierce
Cuentos de civiles
Editorial: Need
Edición: 1999
Para leer
1 comentario:
"Cuentos de civiles" es un libro excelente, con un cinismo fantástico y "El puente sobre el Río del Búho" esta cargado de sensaciones que nos sumergen en medio de la escena como si fuéramos el protagonista. Ambrose Bierce es un Poe más liviano y ágil. Imperdible!
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